“Esperen. No se vayan”, advirtió Alejandro Irarragorri a los accionistas instantes antes de anunciar, ante socios y medios de comunicación, un cambio en el más alto nivel de la dirección del Sporting. El movimiento implica la llegada a Mareo de José Riestra, hasta ahora máximo responsable de la dirección deportiva de Orlegi Sports, que pasa a ejercer como presidente ejecutivo del club rojiblanco, función que hasta ayer desempeñaba David Guerra, que desde ya pasa a ocupar la vicepresidencia ejecutiva. “Es un día muy especial. Me llena de orgullo asumir este reto y quiero agradecer al consejo de administración de Orlegi esta confianza. Estoy seguro de que juntos lograremos el objetivo y pondremos al Sporting donde merece. El Sporting necesita continuidad, no un borrón y cuenta nueva. Mi llegada no representa un cambio de rumbo, sino la oportunidad de consolidar un proyecto”, proclamó Riestra.
Irarragorri explicó el alcance del nombramiento: “Pepe es socio fundador de Orlegi, un gran apasionado del fútbol, con un conocimiento muy profundo del fútbol mexicano y europeo. Junto a su familia ha construido proyectos desde abajo hasta arriba y ha compartido grandes triunfos y procesos de desarrollo de jugadores y de personas. Tiene una convicción total de lo que debemos hacer para transformar deportivamente al club y es un honor compartir hoy su nombramiento como presidente ejecutivo del Sporting”. El reajuste conlleva el traslado de Guerra, hasta ahora presidente, a la vicepresidencia ejecutiva, desde donde asumirá el mando de un área capital para la propiedad, como es la de negocio, en la que ya ha comenzado a intervenir con la llegada de Luis Arregui como máximo responsable.
“Tenemos que hacer cambios… Este ajuste directivo muestra con claridad hacia dónde vamos y cómo queremos trabajar, de forma más vertical. Este cambio no es una pérdida de protagonismo para nadie, sino un refuerzo de la estructura. Caminamos todos en la misma dirección, con una visión común de estabilidad financiera y deportiva. Queremos ascender, pero también generar las condiciones para permanecer. No se contempla vender el club ni desprenderse de futbolistas. Al contrario, el objetivo es fortalecer el equipo y seguir sumando”, defendió Irarragorri sobre un movimiento interno que, aunque no supone la entrada de nuevos gestores ni modifica la manera de entender la gestión de la corporación, sí tiene trascendencia.
Por un lado, escenifica la relevancia que el Grupo Orlegi concede a su proyecto en el Sporting —puerta de entrada al fútbol en Europa—, más aún en un contexto en el que el Atlas está en venta. En solo unos meses, Irarragorri, que ayer desmintió categóricamente que el Sporting tenga colgado el cartel de transferible, ha enviado a Mareo a dos de sus asesores más cercanos. Primero fue Israel Villaseñor, director de gestión deportiva, y ahora se incorpora José Riestra, como presidente ejecutivo. Pero el cambio admite también otra lectura: visualiza la separación de dos áreas clave en la estructura del Sporting —la parcela deportiva y el área de negocio— e insinúa un mayor compromiso de los gestores en lo que, para la afición, tal y como se evidenció ayer en la Junta General de Accionistas, constituye el principal debe del grupo: los resultados deportivos.
Villaseñor y, sobre todo, Pepe Riestra han sido siempre hombres de fútbol. Riestra, con raíces asturianas y que trasladará a Gijón a su familia, es desde 2022 el responsable último de la parcela deportiva del Grupo Orlegi, además de haber sido primer ejecutivo del Atlas. A partir de ahora, su vinculación será exclusiva con el Sporting, por lo que la presidencia ejecutiva tendrá un perfil claramente más deportivo.
Mientras tanto, la estructura gana a un profundo conocedor del entorno en David Guerra, que ejercerá como una suerte de CEO, asumiendo la responsabilidad de la gestión interna del club. Irarragorri ensalzó su papel, una figura clave en el proceso de aterrizaje y consolidación de Orlegi Sports y que ha soportado una enorme presión. “Trabajaré mano a mano con una persona la que aprecio”, apuntó Guerra. “David es un gran amigo y ha tenido durante tres años y medio la responsabilidad de la presidencia ejecutiva del club. Ha comprendido lo que este club significa y representa. Quiero reconocer su dedicación, su trabajo, su entusiasmo y su capacidad para levantarse, porque no es una responsabilidad fácil. Este proyecto es un proyecto de vida y merece reconocimiento”, reconoció Irarragorri, ante un emocionado Guerra.
Una vez explicados los cambios, el propietario del Sporting asumió el, hasta ahora, fracaso deportivo del proyecto en Gijón. “No hemos logrado el objetivo deportivo, que es ascender. La Segunda División es muy dura. Puedes hacer una gran temporada y aun así no lograrlo. Pero el objetivo de este club tiene que ser ascender y pueden tener la certeza de que estamos totalmente enfocados en ello y lo vamos a seguir estando. Quiero reconocer y empatizar con la frustración de la afición por no haber podido reflejar en la cancha todo lo que se está construyendo fuera de ella, pero también dejar claro todo lo que sí se está generando alrededor del club. Nos toca asumir el descontento, pero no dejarnos llevar por él para tomar malas decisiones. No hemos logrado en estas temporadas el gran sueño del ascenso, pero también hemos construido bases que nos acercan a ello. A la afición no hay que pedirle, hay que darle”, explicó Irarragorri.
Riestra se estrenó después respondiendo a cuestiones estrictamente deportivas, con el foco puesto en el mercado de invierno. El nuevo presidente ejecutivo confirmó que el club rojiblanco no tiene intención de vender a sus principales activos en enero y que el objetivo pasa por reforzar la plantilla. “El mercado es muy dinámico. A día de hoy no tenemos ofertas sobre la mesa ni está previsto desprendernos de ningún jugador. Queremos fortalecer al equipo y que quien llegue lo haga para sumar. No es fácil llegar al Sporting y entrar en el once titular. Hace falta trabajar más en equipo. Una plantilla son 23 jugadores o más, además de todo el staff que los rodea. Todos juegan un papel fundamental”, explicó.
Sobre las posibles incorporaciones, entre las que se prevé la inminente llegada de Brian Oliván, se limitó a señalar que “ya hemos empezado a trabajar con el míster en las posiciones a reforzar. Quiero estar aquí el máximo tiempo posible, con dedicación al cien por cien. Mientras estemos todos unidos, pronto podremos poner al Sporting en el lugar que merece”. Cuestionado por la política de renovaciones, Riestra evitó señalar a jugadores concretos. “Sé que es difícil hablar de nombres propios. Creo que nos hemos equivocado en sacar rendimientos. Algunas renovaciones, entendidas como jugadores que han obtenido ficha del primer equipo por cumplir determinados objetivos, deben analizarse caso por caso. La clave es tener claro el objetivo, el plan individual de cada futbolista y que se queden para sumar en la búsqueda de ese objetivo”, apuntó. Antes, Irarragorri reforzó la posición de Borja Jiménez, con quien cenó el pasado sábado tras el partido en El Molinón, como avanzó este periódico. “Es el líder de la escudería”, proclamó.
