Dijo Florentino en su habitual discurso por estas fechas que la Navidad es un buen momento para reflexionar sobre las cosas que nos preocupan. Hasta aquí estaríamos totalmente de acuerdo con el presidente del Real Madrid. Sin embargo, resulta que la mayor preocupación de Florentino estos días es la situación del arbitraje en España. Lo dijo en plena celebración de la Copa de Navidad con los periodistas que siguen al Madrid, y de manera textual. O sea, sin andarse por las nubes y con absoluta tranquilidad y rotundidad. Añadió también que el problema ha traspasado fronteras y que daña la credibilidad y la reputación de la competición.
No crean que la cosa quedó ahí. Florentino pide justicia sobre el Caso Negreira y recuerda que el Madrid es el único club que lucha por ello, y que es incomprensible que los hayan dejado solos. Y no solo eso. Avisó también de que nunca olvidarán lo que considera el mayor escándalo de la historia del fútbol en el mundo. En fin, que avivó la guerra con todos los estamentos del fútbol aprovechando un discurso navideño.
Es muy curioso que Florentino diga públicamente que nunca olvidarán este caso, cuando hace menos de un año se abrazaba a Laporta, salía en defensa del Barça y no se acordaba de quién era Negreira. Claro que entonces necesitaba a los azulgranas para continuar con su obsesión de organizar la Superliga europea. En fin, que se le ha visto el plumero.
Dicho esto, las distintas directivas del FC Barcelona que pagaron por los informes de Negreira cometieron un grave error. Su intención no era comprar a los árbitros, pero esos informes, en la práctica, no valían para nada. Un mal negocio que pasó incomprensiblemente de presidente a presidente y que ahora Florentino aprovecha para tapar su mala gestión deportiva.
